Los vecinos de La Costanera tomaron con desconfianza el anuncio del gobernador, Juan Manzur. El mandatario provincial anunció ayer que la Provincia construiría el centro de día para adictos de la barriada, abandonado por la firma constructora hace dos años.
“Hasta que no se haga realidad, hasta que no esté construida la obra, no podemos confiar en ninguna promesa”, dijo Dora Ibáñez, referente de las Madres del Pañuelo Negro. Cristian Villagra, uno de sus hijos, murió tras una crisis de abstinencia en 2010.
El centro para adictos en La Costanera no se hará
“Estamos cansados de que nos prometan que construirán ese centro para adictos. Que comiencen las obras no nos entusiasmará, porque al Cepla lo vimos empezar a levantarse, lo vimos a medio construir y después fue abandonado y saqueado”, renegó Pablo Pérez, quien integró un grupo de rehabilitación de la Secretaría de Adicciones provincial. Pérez es uno de los hijos de Blanca Ledesma, también referente de Madres del Pañuelo Negro.
“Es triste. Nuestros hijos adictos del barrio se están matando y también, algunos, provocan mucho dolor cuando actúan con violencia o roban. Pero lo hacen porque están desesperados por tener más droga. Muere gente inocente, mueren chicos que son adictos”, continuó Ibáñez. Y agregó: “Somos madres y vemos a nuestros hijos morir. El Estado es responsable de los chicos adictos y de lo que genera la desigualdad, la marginalidad y el impacto del narcotráfico. Están haciendo un genocidio de pobres. He enterrado a un hijo, que se suicidó, y temo por mi nieto, que se recuperó pero tengo miedo de que tenga recaídas. Por el amor de Dios, hagan algo. ¿La vida vale lo que un papelito de pasta base?”, finalizó la Madre del Pañuelo Negro.
“El centro prometido en La Costnera es importante para el barrio, pero qué tendremos los de las demás villas. ¿En Alderetes, Las Talitas, Villa 9 de Julio, Alejandro Heredia no merecemos Ceplas?”, reclamó Elsa Juárez, miembro de Madres del Pañuelo Negro.